Varios expertos han señalado como clave el control de la esclerosis múltiple (EM) en sus fases tempranas con el objetivo de anticipar la aparición de brotes y prevenir el avance de la discapacidad. Durante la décima reunión ’Ágora’, impulsada por Novartis, los especialistas además han colocado en el centro del debate la predicción de respuestas individuales al tratamiento, así como la experiencia en la práctica clínica con las terapias de alta eficacia en el abordaje de las formas recurrentes de la patología.
’’La intervención temprana es muy importante en la EM, porque nos ayuda a preservar el cerebro. Nuestro objetivo es que los pacientes no tengan discapacidad a largo plazo y evitar que el cerebro se dañe, y el tiempo es cerebro. Nuestras medidas tienen que ir a prevenir que haya daño cerebral, brotes o nuevas lesiones. En suma, evitar que la enfermedad progrese’’, ha explicado A este respecto, la jefa de Sección del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Clínico San Carlos, Celia Oreja-Guevara.
La esclerósis múltiple es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta al Sistema Nervioso Central (SNC) y que se caracteriza por la destrucción de la mielina y el daño axonal en el cerebro, los nervios ópticos y la médula espinal. Cada año, se producen en España más de 1.800 nuevos diagnósticos de la patología, que padecen 55.000 personas en España y más de dos millones de personas en todo el mundo.
En términos generales, el perfil de paciente más frecuente es el de una mujer joven que ve interrumpida su vida en su etapa más productiva, tanto a nivel personal como laboral. Así, el 80 por ciento de las personas reciben el diagnóstico antes de los 40 años y el 50 por ciento antes de los 30 años. La patología impacta con fuerza en la calidad de vida de quienes la sufren, especialmente en los pacientes más jóvenes.
Los especialistas han apostado por la individualización y personalización de la terapia como algo ’’fundamental’’. ’’Cada paciente de EM es distinto. Como dicen los pacientes, la EM es la enfermedad de las mil caras. La patología funciona de forma diferente en cada persona. Con el tiempo, nos hemos dado cuenta de que tenemos que personalizar el tratamiento. Nosotros no podemos hacer medicina de precisión en EM, porque no tenemos ningún marcador genético, pero sí que podemos hacer medicina personalizada. En este sentido, tenemos que conocer muy bien al paciente y sus preferencias, así como qué eficacia necesitamos’’, ha señalado Oreja-Guevara.
En este este sentido ha continuado, ’’aunque no podemos conocer de antemano la respuesta individual a cada tratamiento, sí que tenemos factores pronósticos y marcadores que podemos monitorizar para ver si podemos adelantarnos a algún cambio. Es fundamental monitorizar al paciente por si surge algún signo de alarma y, en caso de ser necesario, cambiar el tratamiento’’.
La EM puede manifestarse en tres tipos principales: Esclerosis Múltiple Recurrente-Remitente (EMRR), Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva (EMSP) y Esclerosis Primaria Progresiva (EMPP). Según han apuntado los neuroexpertos reunidos, la llegada de nuevas soluciones de alta eficacia para el tratamiento de las formas recurrentes de la enfermedad ha sido especialmente relevante en el ámbito terapéutico en los últimos años. En este plano, la evidencia científica reciente respalda los buenos resultados de este tipo de tratamientos a largo plazo, asociándose a menos acontecimientos de empeoramiento confirmado de la discapacidad (ECD) y poniendo de relieve la importancia de tratar a los pacientes en fases tempranas con este tipo de soluciones.
En este sentido, Oreja-Guevara ha indicado que ’’hace unos años, tardábamos mucho en empezar a tratar a los pacientes. Pero nos dimos cuenta de que, para evitar cualquier daño al cerebro, es fundamental tratar temprano. Al principio, solo disponíamos de tratamientos de baja eficacia y, cuando surgieron los de alta eficacia, hacíamos un escalado terapéutico, porque no los conocíamos. Ahora sabemos que, a veces, si vamos paso a paso, cuando empezamos con el de la alta eficacia es demasiado tarde. La EM es una enfermedad que empieza siendo inflamatoria para después convertirse en degenerativa, pero los tratamientos que tenemos actúan sobre la inflamación. Esto significa que nuestros tratamientos sirven para el principio. Si tratamos a la persona con alta eficacia desde el inicio, estamos evitando que tenga lesiones nuevas en el cerebro y que tenga brotes’’.
Para finalizar, la especialista ha afirmado que, en su opinión, el futuro de la EM cada vez es mejor y que ’’hay que tener esperanza. La EM es el área de la neurología en la que más se ha avanzado en los últimos 20 años’’.
Fuente: (EUROPA PRESS)