La Oficina Europea de Medio Ambiente (EEB, European Environmental Bureau) ha informado que el coste económico por efectos en la salud asociado a la exposición a sustancias tóxicas preocupantes, conocidas como PFAS, oscila entre los 52.000 y los y 84.000 millones de euros al año en la UE.
Por este motivo, EEB ha llevado a cabo una iniciativa para concienciar a la población europea y a las propias instituciones sobre la importancia de este problema.
El pasado mes de abril la EEB dirigió cartas formales a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a otros nueve miembros de este organismo invitándoles a la realización de un análisis de sangre para conocer el grado de contaminación de sus organismos con las PFAS.
Hasta ahora, solo dos de los comisarios europeos han mostrado su disposición a realizarse la analítica: Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente, y Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión. La presidenta Von der Leyen y otros seis altos cargos de la Comisión Europea han declinado inicialmente su participación, mientras que Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión, y Didier Reynders, comisario de Justicia, aún no han dado respuesta.
’’Sería deseable que el mayor número posible de responsables de la Comisión Europea participen en esta iniciativa, del mismo modo que hicieron, por ejemplo, los miles de ciudadanos de a pie de la UE que se prestaron en su momento a analizar la presencia de estas sustancias tóxicas en sus cuerpos dentro de la Iniciativa Europea de Biomonitorización Humana (HBM4EU), algo que permitió conocer que buena parte de los europeos tienen PFAS en su organismo’’, ha explicado el director de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, una de las entidades que colaboran con EEB en la difusión de la problemática de los contaminantes químicos.
Esta nueva propuesta de EEB tiene lugar en un momento en el que ’’existe una gran inquietud por el retraso en la reforma de la deficiente normativa comunitaria sobre sustancias tóxicas’’, el llamado reglamento ’REACH’, indican desde Hogar sin tóxicos.
Por este motivo, consideran que la reforma de ’REACH’ ’’debería servir para proteger mejor la salud de los ciudadanos frente a riesgos como el derivado de la masiva polución con PFAS y otros muchos contaminantes, algo que la normativa actual no ha podido evitar’’.
Según apuntan desde Hogar sin tóxicos, la Comisión Europea anunció en 2019, dentro de las medidas del Pacto Verde Europeo, una profunda reforma que corrigiera las graves deficiencias existentes en la normativa de sustancias tóxicas (el ya aludido reglamento REACH), y debería haber presentado una propuesta para dicha reforma hace ya seis meses, en diciembre de 2022, sin embargo, la Comisión anunció que retrasaría dicha propuesta un año, hasta finales de 2023.
’’La cuestión se ha ido demorando por las presiones industriales, y si la propuesta no se presenta enseguida es probable que no dé tiempo a aprobar la reforma antes de las próximas elecciones europeas en mayo de 2024, lo que podría representar que nunca se aprobase, perdiendo así una ocasión histórica de mejorar la protección de la salud de los europeos frente a infinidad de sustancias tóxicas’’, ha asegurado la jefa de la Política de Químicos de EEB, Tatiana Santos.
Fuente: (EUROPA PRESS)