La candidatura de ERC en Barcelona liderada por Ernest Maragall se desploma en Barcelona y pasa de 10 a 5 concejales, con lo que se convierte en la cuarta fuerza del consistorio, después de que en las elecciones municipales de 2019 fuera el partido más votado.
ERC vuelve así a los resultados que obtuvo en 2015, tras una campaña en la que Maragall ha advertido de dos ’’riesgos’’ que solo su partido, según él, podía conjugar: la continuidad de un gobierno BComú-PSC (bien con Ada Colau al frente, bien con Jaume Collboni) o un pacto entre los socialistas y Junts, con el apoyo del PP.
Maragall y su equipo abordaron la campaña con la vocación de ’’distinguirse’’ de las demás fuerzas con iniciativas sobre movilidad, vivienda, seguridad, políticas culturales y lingüísticas en un escenario que, según los republicanos, venía marcado por las pugnas personales entre candidatos.
En esa idea ha incidido Maragall en su comparecencia para valorar los resultados de las elecciones, que ha vinculado a la ’’polarización’’, y en la que se ha reafirmado en el proyecto que han defendido para la ciudad.
’’No desfallecemos, no nos rendimos, no callaremos y estaremos aquí y defenderemos la ciudad’’, ha dicho el republicano, que a sus 80 años encara su segunda legislatura como concejal de ERC en el consistorio con su número 2, Elisenda Alamany, y su número 3, Ester Capella.
En las elecciones municipales del 26 de mayo de 2019 ERC ganó con 161.189 votos (un 21,4% del total) –ahora ha cosechado 74.72 votos, el 11,22%– y fue el más votado en Les Corts, Gràcia y L’Eixample, distritos en los que se ha impuesto el candidato de Junts y ganador de las elecciones, Xavier Trias.
CAMPAÑA DE PROPUESTAS E INDEPENDENTISTA Pese a la apuesta por una campaña en clave municipal, ERC no ha renunciado a reivindicar la hoja de servicios independentista del partido en sus 92 años de historia, sus ’’derechos de autor’’ sobre el 1-O y su propuesta para volver a poner urnas en un referéndum pactado con el Estado.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, abrió campaña acusando a Junts de presentar en Barcelona una lista ’’llena’’ de cargos que abandonaron el Govern ante el 1-O, mientras que Maragall ha acusado en varias ocasiones a Trias de querer resucitar a la extinta CDC alejándose del independentismo.
Tras la victoria de Junts con 11 concejales, Maragall ha felicitado a Xavier Trias y ha asegurado que le corresponde a él liderar la iniciativa y la ’’responsabilidad’’ de formar un gobierno estable para la ciudad.
Aunque durante la campaña no ha descartado pactos con Trias –como sí lo ha hecho con el PSC–, el republicano ha sido muy crítico con sus posicionamientos sobre el turismo, la economía y el cambio climático, asegurando que sus declaraciones lo alejaban ’’kilómetros’’ de alianzas con ERC.
ERC APELA A LA UNIDAD SOBERANISTA Ante el escenario en toda España, donde el PP se ha erigido como fuerza más votada y Vox ha afianzado su presencia en los consistorios, ERC ha llamado a reconstruir la ’’unidad soberanista’’ ante lo que –en palabras de Maragall– supone una amenaza de las fuerzas anticatalanistas.
En esa invitación puede leerse un guiño a Junts para recuperar la movilización del voto independentista, que fuentes republicanas consideran que ha disminuido a causa de la caída de nueve puntos en la participación, y a lo que atribuyen en parte sus resultados.
A lo largo de la campaña, el candidato republicano ha marcado distancias con el PSC pero también con BComú y con la hasta ahora alcaldesa Ada Colau, a la que ha reprochado haberse dirigido a una minoría y haber gobernado la ciudad a partir de ’’dogmatismos’’.
DUPLICÓ CONCEJALES EN 2019 En 2019, Ernest Maragall encabezó la candidatura republicana después que el entonces líder del partido en el Ayuntamiento, Alfred Bosch, renunciara, lo que contradijo el resultado de las primarias internas de ERC Barcelona, en las que fue el único candidato y quedó designado como alcaldable.
La propuesta de Maragall logró que ERC duplicase el número de concejales respecto a 2015: pasó de 5 a 10, mientras que el porcentaje de votos pasó del 11% al 21,4% del total, arrebatando la victoria a BComú por una diferencia de 4.696 votos.
El resultado hizo que se viera en la alcaldía: ’’Barcelona tendrá un alcalde de Esquerra’’, aseguró ante los militantes que se congregaron la noche electoral en el pabellón de la Estació del Nord, sin saber aún que las alianzas postelectorales lo impedirían.
’’PACTO DE LA VERGÜENZA’’ Los resultados obligaban a alcanzar pactos, y horas después de los comicios fue Colau la que propuso un pacto de izquierdas junto al PSC, que obtuvo ocho concejales, y con Maragall, aunque este último se negó a pactar con los socialistas y viceversa.
El que fuera candidato de BCN-Canvi y exprimer ministro francés, Manuel Valls, dio un golpe sobre la mesa de los pactos postelectorales con su oferta de apoyar la investidura de Colau ’’sin condiciones’’ para que formara gobierno con el PSC, con el objetivo de evitar que el Ayuntamiento quedara en manos del independentismo.
El planteamiento de Valls valió para que Colau fuera reelegida alcaldesa, aunque su segundo mandato empezó sin el ambiente festivo de 2015, entre protestas del independentismo, y con ella misma reconociendo la incomodidad que le generaban los votos de BCN-Canvi; un episodio al que Maragall se refiere como el ’’pacto de la vergüenza’’.
’’SOCIO PREFERENTE’’ Sin embargo, durante este último mandato, ERC ha sido el único grupo municipal que nunca ha votado en contra de los Presupuestos planteados por el Gobierno municipal de BComú y PSC: en 2020 y 2021 votaron a favor, mientras que en 2022 y 2023 optaron por abstenerse.
Además, ERC y BComú han coincidido en posicionamientos sobre la masificación turística, la limitación de los cruceros, el Plan de Usos del Eixample, el apoyo a la unión de los tranvías del Besòs y el Baix Llobregat por la Diagonal y el impulso e implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), entre otros.
Todo ello ha llevado a que algunos grupos municipales hayan señalado a los republicanos de ser el socio predilecto de Colau y del Ejecutivo municipal, algo que Maragall ha negado en reiteradas ocasiones: ’’Este concepto de socio preferente es un concepto artificioso. Es una especie de ’abrazo del oso’ que nos querrían hacer. No somos ni socios ni preferentes. Somos los otros y somos la alternativa’’, ha sostenido.
Fuente: (EUROPA PRESS)