Al menos 237.000 personas murieron a causa de la violencia organizada en 2022, según un nuevo informe del Uppsala Conflict Data Program (UCDP) de la Universidad de Uppsala (Suecia) publicado en el ’Journal of Peace Research’, que muestra que se trata de un aumento del 97% en comparación con el año anterior, y la cifra más alta desde el genocidio de Ruanda en 1994.
’’Vemos este aumento a pesar de una considerable desescalada en los dos conflictos más mortíferos de 2021: Yemen y Afganistán. En cambio, la violencia en Etiopía y Ucrania se intensificó drásticamente’’, explica Shawn Davies, analista principal de UCDP.
En conjunto, las guerras en Etiopía y Ucrania provocaron al menos 180.000 muertes relacionadas con la batalla en 2022. Se trata de una estimación baja, ya que la información sobre estos conflictos es escasa y está sujeta a una amplia propaganda. Es probable que las cifras se revisen significativamente a medida que se disponga de más información pero aun así, los datos muestran que en esos dos conflictos murieron más personas en 2022 que en todo el mundo el año anterior.
’’Una percepción común es que la guerra de Rusia en Ucrania fue el conflicto más sangriento en 2022, pero de hecho, murieron más personas en Etiopía, donde el Frente de Liberación del Pueblo Tigray (TPLF) ha luchado contra el ejército etíope, este último apoyado por Eritrea, desde finales de 2020’’, señala Davies.
Tanto en Etiopía como en Ucrania, los combates se han caracterizado por la guerra de trincheras, acusándose a las partes beligerantes de utilizar tácticas de olas humanas. Este tipo de guerra ha contribuido al elevado número de bajas.
La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 es la primera guerra interestatal a gran escala en 20 años. Aunque los conflictos entre Estados siguen siendo relativamente raros, han aumentado en los últimos años.
’’También se ha vuelto más común que los estados externos envíen tropas de apoyo a los grupos rebeldes que luchan contra otros gobiernos, lo que esencialmente significa que los ejércitos estatales están luchando entre sí’’, añade Therese Pettersson, líder del proyecto en UCDP.
El número de conflictos activos en el mundo se mantiene en un nivel históricamente alto. En 2022, UCDP registró 55 conflictos diferentes en los que participó un Estado en uno o ambos bandos. En contraste, entre 2000 y 2013 se registraron anualmente entre 31 y 39 conflictos de este tipo, mientras que el número anual ha variado entre 52 y 56 a partir de 2015.
’’Aunque la mayoría de los conflictos son pequeños, el número de guerras aumentó de cinco en 2021 a ocho en 2022. Los conflictos que causan al menos 1.000 muertes relacionadas con la batalla durante un año natural se consideran guerras’’, aclara Pettersson.
El número de conflictos no estatales, en los que grupos rebeldes u otros actores armados organizados luchan entre sí, también se mantiene en un nivel récord. El UCDP registró 82 conflictos de este tipo en 2022.
Nueve de los diez conflictos no estatales más mortíferos del año se produjeron en México, donde los cárteles de la droga rivales han luchado entre sí por el territorio desde la década de 1980. La violencia relacionada con las bandas también ha aumentado en Brasil, Haití, Honduras y El Salvador en los últimos años.
Además, la llamada violencia unilateral, en la que los civiles son el objetivo, aumentó en 2022. Al menos 11.800 civiles murieron en este tipo de violencia intencionada y selectiva, llevada a cabo por 45 Estados o grupos organizados diferentes.
El actor que más civiles mató en la violencia unilateral fue el Estado Islámico (EI), pero los Estados también atacaron a civiles a gran escala en varios conflictos. Rusia y Eritrea ejercieron una gran violencia contra civiles en las guerras de Ucrania y Etiopía.
Fuente: (EUROPA PRESS)