El 24 de septiembre de 2023, la misión OSIRIS-REx de la NASA aterrizó en el desierto de Utah con una cápsula que contenía 121,6 gramos de muestras del asteroide Bennu. Este asteroide, de unos 500 metros de diámetro, orbita entre la Tierra y Marte y ha sido objeto de estudio debido a su rica composición en carbono y agua.

Dos revistas del grupo ‘Nature’ (‘Nature’ y ‘Nature Astronomy’) han publicado sendos estudios sobre lo que la sonda recogió en Bennu cuando aterrizó en el año 2020. Su análisis demuestran que el cuerpo celeste, que se formó en las primeras etapas del sistema solar, hace 4.500 millones de años, tiene los pilares básico para la vida.
Los análisis iniciales de las muestras han revelado la presencia de miles de compuestos orgánicos, incluyendo 14 de los 20 aminoácidos que forman las proteínas en la Tierra, así como las cinco bases nucleicas del ADN y el ARN. Estos hallazgos sugieren que Bennu podría contener los ingredientes básicos necesarios para la vida.
Además, las muestras de Bennu han mostrado una alta concentración de amoníaco y fósforo, elementos cruciales para la formación de moléculas complejas. La presencia de estos compuestos en un asteroide sugiere que las condiciones necesarias para la vida podrían haber sido más comunes en el sistema solar primitivo de lo que se pensaba anteriormente.