El Kremlin ha acusado este martes a las autoridades de Reino Unido de coordinar y perpetrar el sabotaje sufrido en septiembre por los gasoductos Nord Stream, un «ataque terrorista» a ojos de Moscú, que sigue sin presentar pruebas de sus sospechas sobre Londres.
El portavoz de la Presidencia de Rusia, Dimitri Peskov, ha insistido en que hay evidencias que vinculan a Reino Unido tanto con los sabotajes sobre el Nord Stream 1 y el Nord Stream 2 como con un ataque sobre la flota rusa en el mar Negro, extremos ambos negados por el Gobierno británico.
Peskov ha lamentado el «inadmisible silencio» de los gobiernos europeos y ha anticipado medidas, según la agencia de noticias Interfax. El principal portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, no ha aclarado el alcance de estas represalias.
Moscú ha aludido al ataque en el mar Negro como argumento para suspender el acuerdo suscrito para exportar grano desde Ucrania, uno de los pocos acercamientos que ha habido entre las partes desde que Putin lanzó la ofensiva militar el 24 de febrero.
