El juicio conjunto contra los 401 manifestantes que fueron detenidos durante la violencia política desatada el pasado 20 de octubre, que se saldó con al menos 50 personas muertas y más de 300 heridas, ha dado comienzo este martes.
Los manifestantes se enfrentan a cargos de reunión no autorizada, destrucción de bienes, incendio premeditado, violencia y agresión y perturbación del orden público, según informó el viernes el Tribunal Superior de Yamena y recogió el portal de noticias Tchadinfos.
La secretaria del Colegio de Abogados de Chad, Koulmen Nadjiro, aseguró en la víspera que no acudirían a las audiencias, alegando que el procedimiento se lleva a cabo en una prisión «sin acceso a la población», por lo que es «una doble represión», según recogió el portal de noticias Alwhida.
Las protestas, que según organizaciones internacionales se cobraron la vida de al menos 50 personas y 300 heridos, estallaron después de que la junta decidiera extender otros dos años el mandato de Mahamat Idriss Déby, que inicialmente tenía previsto abandonar el cargo para devolver el poder a un gobierno civil.
El líder de la junta de Chad ha descrito en anteriores ocasiones aquellas protestas como una «insurrección organizada» que contaba con el apoyo de «potencias extranjeras» y ha acusado a los manifestantes de «matar a sangre fría a civiles y asesinar a miembros de las fuerzas de seguridad» con la vista puesta en generar una «guerra civil».