La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha afirmado que no tiene «ningún problema» con Francia y que intercambia mensajes con su presidente, Emmanuel Macron, pese al pulso público que libraron ambos gobiernos a cuenta de la recepción al barco ‘Ocean Viking’, con más de 200 migrantes a bordo.
«Nunca he tenido problemas con Francia ni los tengo a día de hoy», ha zanjado Meloni, que intenta pasar página a la crisis. De hecho, espera que pueda haber reuniones próximamente, si bien todavía no hay ninguna fecha fijada para simbolizar esta nueva etapa.
Meloni, sin embargo, ha insistido en declaraciones a ‘Il Corriere della Sera’ en sus críticas a las ONG, ya que considera que llevan a cabo actividades «ideológicas» que terminan por converger con los intereses de las redes que trafican con personas en el Mediterráneo.
Altos cargos del Gobierno galo expresaron este mes su malestar con Roma tras el cierre de los puertos italianos al barco ‘Ocean Viking’, que terminó atracando en Tolón (Francia) tres semanas después de efectuar los rescates. Francia rompió un acuerdo para acoger migrantes llegados a Italia como represalia.
Sólo este año, al menos 1.379 personas han fallecido en la zona central del Mediterráneo intentando llegar al sur de Europa, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).