El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha negado que su Gobierno esté vinculando de alguna manera la integración de Finlandia y Suecia en la OTAN con la entrega de los fondos de recuperación que aún esperan el sí definitivo de la Comisión Europea.
Orbán ha respondido en Twitter a una entrevista en la que la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, abogada por interrogar a su homólogo húngaro sobre las posibles causas subyacentes del «retraso» en el proceso de ratificación para la entrada de finlandeses y suecos en la Alianza Atlántica.
«Querida Sanna Marin, entre verdaderos amigos no hay necesidad de paños calientes: Hungría nunca ha vinculado y nunca vinculará ningún otro asunto al tema de los fondos de la UE», ha esgrimido Orbán, que ha citado entre los temas al margen «la adhesión de Finlandia a la OTAN».
En este sentido, ha alegado que el Gobierno húngaro respalda la ampliación de la Alianza y que el Parlamento completará los trámites «en cuanto arranque el periodo de sesiones en 2023». Budapest había sugerido previamente que el proceso quedaría cerrado antes de que acabase 2022, si bien en cualquier caso a la ampliación aún le restaría el visto bueno turco.
La Comisión Europea tiene previsto dar luz verde este miércoles al plan de recuperación de Hungría, que lleva dos años en punto muerto, pero lo hará vinculando el desembolso de los fondos a reformas de lucha contra la corrupción y el fraude que Bruselas le exige a Budapest en un proceso paralelo para liberar otros 7.500 millones de euros en fondos regionales.
La opinión favorable de Bruselas supone el primer paso para que Hungría pueda acceder a 5.800 millones de euros de euros del fondo anticrisis de la Unión Europea pero, además del visto bueno del Colegio de Comisarios este miércoles, necesitará la aprobación por parte de los Veintisiete en la reunión de ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) del próximo 6 de diciembre.
Pese al visto bueno a este plan de recuperación, los servicios comunitarios mantendrán sin cambios su recomendación al Consejo para que suspenda hasta 7.500 millones de euros en fondos de cohesión previstos para Hungría por las deficiencias en la lucha contra la corrupción de sus autoridades y el riesgo de fraude, han indicado fuentes comunitarias consultadas por Europa Press.
Bruselas planteó esta congelación de fondos hace meses pero dio margen al Gobierno húngaro para poner en marcha durante el mes de noviembre una serie de reformas en materia de anticorrupción y de refuerzo de los mecanismos de control para resolver las irregularidades detectadas. El plazo para notificar el avance de las reformas negociadas con Budapest concluyó el pasado 19 de noviembre y, a falta de que se comunique el resultado del análisis, el Ejecutivo comunitario no contempla cambiar su dictamen.