El líder fundador de la milicia de ultraderecha Oath Keepers, Stewart Rhodes, ha sido declarado culpable de sedición, junto con otro de sus miembros, en el marco de un juicio que se celebra en Estados Unidos por el papel que tuvo el grupo durante el asalto al Capitolio.
Kelly Meggs, de 53 años, cabecilla de la delegación de Oath Keepers en Florida, ha sido también declarado culpable del cargo de sedición en el marco del primer juicio en más de una década contra un grupo extremista en Estados Unidos por delitos de esta índole.
Los otros tres acusados, Kenneth Harrelson, de 41 años; Jessica Watkins, de 40 años, veterana del Ejército que sirvió en Afganistán antes de formar parte del grupo en Ohio; y Thomas Caldwell, de 68 años, empleado del FBI y antiguo comandante de la Marina, que ha negado pertenecer al grupo, han sido absueltos del cargo, según ha recogido la cadena CNN.
Por otro lado, los cinco acusados han sido declarados culpables de obstrucción de un procedimiento oficial y de ayudar e incitar a sus acciones durante el 1 de enero. Watkins también ha sido declarada culpable de un cargo de desorden civil y complicidad, ya que admitió durante el juicio que empujó a los agentes de Policía durante el asalto, según ha recogido la cadena NBC.
Durante semanas, la acusación ha mostrado mensajes en redes sociales, correos electrónicos, vídeos y registros de llamadas para evidenciar la coordinación entre los acusados antes, durante y después del ataque. Las pruebas reflejan que algunos de ellos viajaron juntos hasta Washington y escondieron armas en un hotel de Virgina.
Por su parte, la defensa ha alegado que la presencia de Rhodes en Washington respondía a su interés por actuar como «encargado de paz» si estallaban choques entre seguidores de Trump y grupos antifascistas, y si bien reconoce una «retórica terriblemente acalorada», eso no es sinónimo de un acuerdo para derrocar a la Administración Biden.
Rhodes, de 57 años, ha estado al frente del grupo desde que lo fundó, allá por 2009. Se trata de un antiguo paracaidista del Ejército que actualmente se encuentra en prisión preventiva en Texas, después de un fallo judicial en el que se alertaba de que cuenta con la capacidad para «financiar insurrecciones futuras».
El caso de Rhodes fue la primera acusación importante que cayó sobre un miembro de estas milicias presentes en las revueltas del 6 de enero. Hasta ese momento, el resto de integrantes de esos grupos, como Proud Boys o Three Percenters, si bien fueron acusados de conspirar para entorpecer un proceso legal, no incluía el matiz de sedición, que cuenta con una fuerte carga política.
La sedición y conspiración son los cargos más importantes que se han presentado contra las aproximadamente 850 personas que han sido detenidas por su participación en aquellos disturbios. La principal acusación que han presentado los fiscales es la de ingresar de manera ilegal en un lugar restringido, mientras que el resto de las más recurrentes son por agresión o resistencia a la autoridad.