El Papa ha lamentado que la sociedad actual ha perdido «el sentido de la adoración» y ha instado a no tener miedo de las «inquietudes» y a potenciar el «coraje» para asumir los «riesgos del camino» de la búsqueda de Dios como hicieron los Reyes Magos.
«Rezamos tantas veces, pedimos cosas, pero con frecuencia nos falta la oración de adoración, el sentido de adoración. Hemos perdido el sentido de adorar. Hemos perdido la capacidad de entender las inquietudes y el coraje para asumir los riesgos del camino», ha señalado Francisco en la misa de la Epifanía, que ha celebrado en la basílica de San Pedro, ante cerca de 5.000 fieles, según han informado los medios del Vaticano.
«El camino de los Magos, el camino de todos los Santos de la Historia recibe la inquietud, se pone en camino y adora», ha dicho Francisco de forma improvisada, separándose del texto escrito que tenía preparado.
El Pontífice -que este jueves presidió en la plaza de San Pedro el multitudinario funeral solemne de Benedicto XVI- ha lamentado que la sociedad de hoy ofrezca «tranquilizantes del alma», que son «sustitutos para sedar nuestra inquietud y apagar» las preguntas acerca de la felicidad y la vida plena.
Así, ha calificado el «consumismo», la «idolatría del bienestar», las «seducciones del placer» y los «debates sensacionalistas» como sedantes de la fe y ha instado a ser como los Reyes Magos que se aventuraron en un viaje «arriesgado» y sin «caminos seguros» o «mapas definidos con antelación» para encontrar a Dios.
«Frecuentemente buscamos acomodar el corazón en la caja fuerte de la comodidad, pero si los Magos hubiesen hecho esto no habrían encontrado nunca al Señor», ha exclamado el Pontífice durante la homilía.
En su alocución no ha hecho ninguna referencia explícita a su predecesor, pero sí ha citado sus palabras en la misa de la Epifanía del 6 de enero del 2013, un mes antes de su histórica renuncia, acerca de la figura de los Reyes Magos. «Su peregrinación exterior _ha dicho Benedicto XVI_ era expresión de su estar interiormente en camino, de la peregrinación interior de sus corazones», ha destacado.
A su juicio, desde los productos del consumismo a las seducciones del placer, desde los debates sensacionalistas hasta la idolatría del bienestar, todo parece decirnos: no pienses mucho, deja que pasen, disfruta la vida».
De este modo, ha instado a mantener un «camino continuo» y un «diálogo constante» porque sin la escucha de la Palabra y sin la «perseverancia, no se puede crecer». «Una mera noción de Dios y alguna oración que calma la conciencia no son suficientes; es necesario hacerse discípulos que siguen a Jesús y su Evangelio, hablarlo todo con Él en la oración, buscarlo en las situaciones cotidianas y en el rostro de los hermanos», ha añadido.
El Papa ha dejado claro que no se puede «reducir» la fe a una «mera devoción personal o confinarla entre los muros de los templos, sino que es necesario manifestarla, vivirla marchando de forma constante hacia Dios y hacia los hermanos». «La fe nace cuando dejamos de mantenernos en un espacio neutral y nos decidimos a vivir en los espacios incómodos de la vida», ha considerado.
Así, ha instado a vivir la fe en los espacios públicos y no solo de forma privada y ha pedido adorar a Dios para no inclinarse «ante las cosas que pasan ni ante las lógicas seductoras y vacías del mal».
Del mismo modo ha señalado que «Jesús viene a iluminar a todos los pueblos y a alumbrar las noches de la humanidad».
Fuente: (EUROPA PRESS)