El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ha defendido este martes que las conversaciones de paz con el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) «son beneficiosas» y ha pedido «trabajar duro para evitar problemas durante el proceso».
«En nombre de nuestra paz y prosperidad, adoptamos la decisión de poner fin a la guerra. No hay una guerra buena y una paz mala. La guerra es mala, independientemente de quien gane», ha señalado Abiy en una comparecencia ante el Parlamento, según ha informado su oficina en su cuenta en la red social Twitter.
Así, ha resaltado que en la guerra «se mata a gente y se desperdician fondos», por lo que ha argüido que «la paz siempre es algo deseable». «Cualquier conversación o negociación de paz que garantice la ley y el orden es beneficiosa», ha señalado.
«Hemos discutido, acordado y firmado. Ahora debemos mantener nuestra palabra haciendo realidad las promesas», ha dicho Abiy, quien ha advertido de que «si pasa algo que amenace la existencia, soberanía, unidad e intereses nacionales de Etiopía, se combatirá contra ello».
«Las negociaciones son beneficiosas si estos componentes son protegidos. La paz no es sólo la ausencia de la guerra, sino la supremacía del Estado de Derecho», ha explicado el primer ministro, que ha incidido en que el acuerdo de cese de hostilidades con el TPLF «busca lograr la paz, no solucionar una disputa interna sobre fronteras».
Por otra parte, ha reseñado que las autoridades están entregando ayuda humanitaria, reconstruyendo «rápidamente» infraestructura y trabajando para «el retorno de las personas desplazadas a sus hogares», tras cerca de dos años de conflicto que han tenido su epicentro en la región de Tigray (norte).
Abiy ha manifestado además que la ley aprobada para designar al TPLF como un grupo terrorista no impide las negociaciones con la organización, tal y como ha recogido el diario etíope ‘Addis Standard’. «El proyecto de ley aprobado no dice ‘no negociar con los terroristas'», ha zanjado.
Las palabras del primer ministro de Etiopía han llegado una semana después de que arrancaran unos contactos en la capital de Kenia, Nairobi, entre altos cargos militares del Ejército y del TPLF para abordar el cese de hostilidades, según confirmó la Unión Africana (UA), que está llevando a cabo labores de mediación.
El conflicto en Tigray estalló en noviembre de 2020 tras un ataque del TPLF contra la principal base del Ejército, situada en Mekelle, tras lo que el Gobierno de Abiy ordenó una ofensiva contra el grupo tras meses de tensiones a nivel político y administrativo, incluida la negativa del TPLF a la hora de reconocer un aplazamiento electoral y su decisión de celebrar comicios regionales al margen de Adís Abeba.
El TPLF acusa a Abiy de azuzar las tensiones desde su llegada al poder en abril de 2018, cuando se convirtió en el primer oromo en acceder al cargo. Hasta entonces, el TPLF había sido la fuerza dominante dentro de la coalición que gobernó Etiopía desde 1991, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), sustentada en las etnias. El grupo se opuso a las reformas de Abiy, que consideró como un intento de socavar su influencia.