Las autoridades de Francia prevén expulsar a 44 de los 234 migrantes que llegaron la semana pasada al puerto de Tolón a bordo del ‘Ocean Viking’, el barco de rescate de la ONG SOS Mediterraneé, por considerar que no tienen derecho a recibir protección en suelo europeo.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, ya había advertido de que el Gobierno galo cribaría las necesidades de todas estas personas y este martes, en una comparecencia ante la Asamblea Nacional, ha confirmado que casi el 19 por ciento de los migrantes serán expulsados una vez se estabilice su estado de salud.
La cifra no es definitiva, pero implicaría que finalmente serían menos de 200 los migrantes y refugiados a repartir entre un total de doce países europeos. Francia se ha comprometido a acoger a una tercera parte, mientras que Alemania asumirá la misma proporción.
Darmanin ha respondido en sede parlamentaria a las críticas de la formación ultraderechista Agrupación Nacional, que ha afeado al Ejecutivo que autorizase el desembarco de unos migrantes que previamente había rechazado Italia, con unas políticas más restrictivas tras la llegada al poder de Giorgia Meloni.
Según el ministro, actuaron por «humanismo», después de que la ONG alertase del riesgo que corría la vida de todos los migrantes si no recibían permiso para atracar en un puerto seguro, informa la cadena BFMTV. Pasaron tres semanas entre los primeros rescates y el momento en que el ‘Ocean Viking’ llegó al sur de Francia.