El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, ha dado de plazo hasta la noche de este domingo a la población serbokosovar para que retiren las barricadas que han levantado en protesta a la detención de un ex agente de Policía, en medio de un agravamiento durante las últimas horas de la larga crisis entre Belgrado y Pristina.
Según fuentes del Vecherne Novosti, Kurti ha informado de este ultimátum a los países que conforman el quinteto sobre Kosovo (EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia) «a quienes ha avisado de que las llamadas estructuras de seguridad de Kosovo, dirigida por las Unidades Especiales de Policía de la NJSO, ahora mismo en alerta máxima, tomarán todas las medidas para eliminar las barricadas en el norte».
En su cuenta de Twitter, Kurti ha acusado a Serbia de amenazar a Kosovo «con una agresión militar y han pedido que el ejército serbio regrese a nuestro territorio».
«No buscamos el conflicto, sino el diálogo y la paz. Pero permítanme ser claro: la República de Kosovo se defenderá a sí misma, con fuerza y decisión», ha manifestado antes de responsabilizar de las barricadas a «bandas criminales del norte de Kosovo, que carecen incluso del pretexto más endeble para barricadas y ataques violentos contra la Policía kosovar».
En reacción inmediata a esta declaración, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha convocado una reunión de emergencia de su Consejo de Seguridad Nacional para discutir a una reacción en el caso de una intervención de seguridad contra la población serbokosovar, según informa la televisión pública serbia RTS.
El presidente del partido serbokosovar Lista Serbia, Goran Rakic, también ha lanzado la voz de alerta de que Kurti enviará esta noche a unidades de la Policía y del servicio especial de seguridad de Kosovo para «perseguir al pueblo serbio» y «desencadenar una tormenta» sobre la población.
«Este es el momento en que la responsabilidad recae en (la fuerza de la OTAN) KFOR y (la misión de la Unión Europea) EULEX, para evitar el caos que está preparando Kurti», ha avisado Rakic, cuyo partido estuvo gobernando los cuatro municipios de mayoría serbia en el norte de Kosovo antes de anunciar en noviembre un boicot total con la dimisión de todos sus alcaldes y su retirada de elecciones locales previstas inicialmente para la semana que viene, ahora aplazadas a abril.
Las barricadas serbokosovares fueron levantadas en protesta contra la detención del ex policía serbokosovar Dejan Pantic, detenido por la Policía de Kosovo al regresar a su domicilio. Pantic, como otros 600 agentes serbokosovares, renunció a su puesto dentro del boicot declarado por Lista Serbia, en el último episodio de un conflicto latente desde la independencia de Kosovo en 2008 y la llamada crisis de las matrículas sobre la potestad de la identificación de los vehículos entre Pristina y Belgrado.
Ante la última intensificación del conflicto, provocado por el ataque no identificado esta pasada noche contra una patrulla de la EULEX con una granada aturdidora, que no ha dejado víctimas que lamentar, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha llamado a la calma y pedido el levantamiento de las barricadas.
En respuesta, la primera ministra serbia, Ana Brnabic, ha respondido que estos obstáculos «están allí no solo porque sus derechos humanos básicos (de los serbokosovares) están amenazados, sino también para proteger el Acuerdo de Bruselas que ustedes firmaron y cuya implementación debería garantizar la UE».
Según ella, las barricadas son un «llamado a la paz y, también, ¡un llamado a la acción de la comunidad internacional para que comience a hacer su trabajo!», ha lamentado en un mensaje en su cuenta de Twitter.