El Gobierno del primer ministro eslovaco Eduard Heger ha presentado formalmente este viernes su dimisión tras la moción de censura aprobada el jueves en su contra, aunque permanecerá en funciones hasta la celebración de nuevas elecciones en el país, en el mejor de los pronósticos a principios del año que viene y siempre y cuando fructifique una enmienda constitucional para permitir su celebración.
Ante la derrota del jueves de la coalición de Gobierno en minoría y de la falta de voluntad, en palabras de la presidenta del país, Zuzana Caputova, del resto de fuerzas políticas para formar ejecutivo en mayoría parlamentaria, la mandataria ha pedido a Heger que actúe en calidad de gobierno provisional «en favor de la estabilidad».
La presidenta se abstuvo de hacer más declaraciones, habida cuenta de sus conocidas críticas al Gobierno de Hager, un ejecutivo sin razón de ser, según la oposición, ante su incapacidad para hacer frente de forma efectiva a la crisis energética, la inflación, el aumento de la pobreza y la llegada masiva de refugiados ucranianos.
«Ya anticipé en mi discurso de noviembre el drama del que fuimos testigos durante los últimos minutos de su gobierno», ha añadido la presidenta en declaraciones ante los medios recogidas por el portal ‘The Slovak Spectator’.
Las fuerzas políticas del país ya habían discutido la posibilidad de convocar estas elecciones anticipadas en septiembre del año que viene, medio año antes de la convocatoria ordinaria, prevista para 2024. La presidenta del país no quiere esperar tanto.
Existe el problema de que la Constitución de Eslovaquia no permite la celebración de elecciones anticipadas, pero el Supremo ha planteado la opción de enmendar la Carta Magna con el beneplácito de una mayoría de tres quintos de 90 de los diputados del Parlamento.
El escenario de unas elecciones anticipadas beneficiaría a la oposición de izquierdas encabezada por los socialdemócratas de Smer, cuyo líder Robert Fico ha sido hasta en tres ocasiones primer ministro, y Hlas, según los sondeos.